Conoce el vínculo que unió a Diego Velázquez con Italia
Una pequeña exposición (en cuanto a número de obras) pero excepcional (en cuanto a calidad), Velázquez en Italia, se ha inaugurado en las salas 31 y 37 del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Estará disponible en horarios de martes a domingo, de 10.00 a 15.00 horas, con los lunes cerrados. La exposición estará disponible hasta el 4 de septiembre y los miércoles serán de acceso gratuito.
Para comprender el fin de este artículo es necesario conocer un dato desconocido para algunos, y es que Diego Velázquez (1599-1660), no solo fue pintor de la casa de Felipe IV, si no que también desempeñó varios oficios para su rey.
Entre otras cosas, se encargó de decorar las estancias del Real Alcázar, y este hecho marcó un hito muy importante en su autobiografía: sus dos viajes a Italia, adonde llegó por primera vez (1629-1631) para cumplir el deseo de Felipe IV de tener ejemplares de maestros célebres. Viajó de nuevo (1649-1651) con la tarea de adquirir obras de arte antiguas para ampliar la colección de arte del rey en el Alcázar. Este hecho, buscando esculturas clásicas que adquirir para su rey, junto a la visita a talleres de sus contemporaneos, fue un elemento a tener en cuenta en su trayectoria.
Tal y como nos cuenta Mercedes Gómez, el primer viaje de Velázquez a Italia está ilustrado con diez Santos Mártires de los Apóstoles, atribuido a Tintoretto. En la exposición que mencionábamos al inicio del artículo, junto a esta obra vemos la única copia que se conserva de Velázquez de *La última cena *de Tintoretto (1629), además del dibujo a lápiz, El retrato del cardenal Borja, a quien Velázquez conoció en Roma.
«Felipe IV». Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (taller), (h. 1656)
Algunas de las esculturas traídas por Velázquez de Italia, entre ellas 35 vaciados en yeso, obtenidos en un segundo viaje a mediados del siglo XVII, se perdieron en el incendio del Alcázar en la Nochebuena de 1734, mientras que siete de los cuadros se conservan en la Real Academia de Bellas Artes.
En esta exposición única en su tipo se exhiben Flora y Hércules, que regresaron a su lugar en el vestíbulo de entrada del museo después de cruzar el patio, y otras cinco obras. De todos son conocidos los detalles de los contratos firmados por el propio Velázquez, representante de Juan de Córdoba, que acompañó al pintor y escultor Giuliano Fenelli.
«Ariadna dormida»
La bella Ariadna permaneció en la Sala del Alcázar Cerezo hasta el incendio de 1734. Después de que Felipe V fundara la Academia de Bellas Artes en 1744, la escultura fue una de las primeras que se instalaron en la columna. Su campus principal, la Real Casa de Panaderías en la Plaza Mayor, se utiliza para la formación de los alumnos. También se exhiben los emblemas de Hermes (el original en el Museo Nacional Rumano) y la Carrera de Nióbide (en el Museo de la Oficina).
La estrella invitada que ilustra este segundo viaje es un retrato de Juan de Córdoba, pintado por Velázquez hacia 1650. "Chân dung Juan de Córdoba" Diego Rodriguez de Silva và Velazquez (c. 1650). Galería Capitolina. Juan de Córdoba (hacia 1610-1670) fue un representante de la corona española en Italia, figura crucial en la adquisición de fetos por parte de Velázquez para llevarlos a Madrid, entre otras cosas gracias a su densa red de contactos.
El cuadro, procedente de la Galería Capitolina de Roma, es el único de Velázquez que se conserva en la colección pública italiana y es la primera vez que se muestra en España.
Información extraída del artículo Velázquez en Italia escrito por Mercedes Gómez para ArtedeMadrid.