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Caravaggio, escándalos y secretos detrás de "La crucifixión de San Pedro"

| Gabriel García Moreno

Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio, fue uno de los pintores más importantes del siglo XVI y uno de los exponentes más destacados del Barroco italiano. Su vida estuvo marcada por el escándalo y la violencia, y su obra ha sido objeto de controversia desde su época hasta nuestros días. Una de las obras más famosas y polémicas de Caravaggio es "La crucifixión de San Pedro", que ha generado interpretaciones diversas y críticas tanto por su contenido como por su forma.

Críticas a "La crucifixión de San Pedro"

La obra muestra a San Pedro crucificado boca abajo, lo que era considerado como una forma de castigo especialmente humillante en la época. Esta imagen provocó una gran controversia, ya que algunos religiosos consideraron que era una falta de respeto hacia la figura de San Pedro y la iglesia en general. Además, la pintura también contiene detalles que sugieren una posible homosexualidad de San Pedro, lo que ha generado interpretaciones diversas y ha sido objeto de debate por parte de los críticos.

Uno de los principales argumentos para esta interpretación se basa en la posición en que Caravaggio representa a San Pedro crucificado, boca abajo en lugar de boca arriba, que era la posición tradicional en la que se representaba la crucifixión. En la época en que fue creada la obra, la crucifixión boca abajo era considerada una forma de castigo especialmente humillante, y algunos han interpretado esta elección como una referencia a la inversión de roles sexuales, que también era considerada tabú en la época.

Además, se ha señalado que la figura de San Pedro en la obra está representada de manera sensual y erótica, con su cuerpo desnudo y musculoso, y con una mirada y una postura que algunos han interpretado como sugestivas. Por otro lado, el hombre que aparece detrás de San Pedro en la obra, cuyo rostro no es visible, ha sido interpretado como una figura masculina que representa la tentación o la corrupción, y que podría ser vista como una alusión a la homosexualidad.

Es importante destacar que estas interpretaciones son controversiales y han sido objeto de debate por parte de los críticos y estudiosos del arte. Algunos han argumentado que la posición boca abajo de San Pedro podría ser una referencia a su propia humildad y sacrificio, y que las interpretaciones homosexuales son una lectura forzada y anacrónica de la obra.

La obra tiene un estilo dramático y realista, característico de Caravaggio, que se destaca por su uso del claroscuro y su representación de figuras con rasgos físicos reales y reconocibles. El tratamiento de la luz y la sombra en la obra es especialmente efectivo, creando una sensación de profundidad y realismo. La figura de San Pedro, crucificado boca abajo y con las manos extendidas, es impactante y conmovedora, y su expresión de dolor y sufrimiento es palpable.

Crucifixión de San Pedro, Caravaggio, 1601

¿Quién era Caravaggio?

La vida personal de Caravaggio también estuvo marcada por el escándalo y la violencia. Fue acusado de asesinato en varias ocasiones y tuvo problemas con la justicia en varias ciudades italianas. A pesar de ello, su obra tuvo un gran impacto en la pintura barroca y ha sido objeto de estudio y admiración por parte de artistas y críticos.

Pero ¿quién fue realmente Caravaggio? ¿Qué motivó su estilo tan personal e innovador? ¿Qué secretos se esconden detrás de sus obras maestras? En este artículo vamos a explorar la vida y la obra de este genio del arte, que revolucionó la pintura con su técnica y su visión del mundo.

Caravaggio nació en 1571 en Milán, en el seno de una familia humilde. Su padre era un albañil que trabajaba para el duque de Milán. A los 11 años quedó huérfano y se trasladó a Roma, donde empezó a trabajar como aprendiz en varios talleres de pintura. Allí entró en contacto con el ambiente artístico y cultural de la ciudad, así como con sus luces y sombras, contraste profético de la que sería su vida.

Caravaggio se dedicó a pintar escenas cotidianas con un estilo naturalista y realista, que contrastaba con el idealismo renacentista. Sus obras reflejaban la vida de las calles, los mercados, las tabernas y los burdeles. Sus personajes eran gente común, como campesinos, músicos, prostitutas o mendigos. Sus modelos eran personas reales que conocía o que encontraba por azar. Su forma de pintar era rápida e improvisada, sin bocetos previos ni correcciones posteriores.

Su técnica se basaba en el uso del claroscuro, es decir, el contraste entre luces y sombras para crear efectos dramáticos y resaltar las formas. Sus obras tenían una gran fuerza expresiva y emocional, que transmitían al espectador sensaciones de realidad e intimidad. Su estilo fue muy influyente para otros artistas del Barroco, como Rembrandt o Velázquez.

Caravaggio recibió encargos importantes por parte de mecenas poderosos, como el cardenal Francesco Maria del Monte o el banquero Vincenzo Giustiniani. Sin embargo, también tuvo muchos problemas con sus clientes por sus retrasos y su carácter temperamental.

Caravaggio: excesos, rebeldía y crimen

Caravaggio fue uno de los pintores más influyentes y revolucionarios del Barroco, pero también uno de los más conflictivos y violentos. Su vida estuvo marcada por el exceso, la rebeldía y el crimen, lo que le valió numerosos enemigos y persecuciones.

Caravaggio se trasladó a Roma en 1592, donde pronto destacó por su estilo realista y dramático, que rompía con las convenciones del Renacimiento y el manierismo. Sus obras, que representaban escenas religiosas con modelos tomados de la calle, causaron admiración pero también escándalo por su falta de idealización y su crudeza.

Caravaggio no solo pintaba con pasión, sino que también vivía con ella. Era un hombre temperamental, arrogante y pendenciero, que frecuentaba las tabernas y los burdeles, y se involucraba en peleas y duelos. En 1606, mató a un hombre en una riña por una partida de tenis y tuvo que huir de Roma con una orden de captura sobre su cabeza.

David vencedor de Goliat, Caravaggio, 1600

A partir de entonces, su vida fue un constante vagabundeo por diferentes ciudades italianas, como Nápoles, Malta o Sicilia, donde siguió pintando obras maestras pero también provocando problemas. Fue encarcelado varias veces, sufrió un intento de asesinato y se vio envuelto en intrigas políticas y religiosas.

Su muerte, ocurrida en 1610 en Porto Ercole, sigue siendo un misterio. Algunas versiones apuntan a que fue víctima de una malaria, otras a que fue envenenado o asesinado por sus enemigos. Lo cierto es que Caravaggio murió solo y pobre, sin haber recibido el perdón papal que tanto ansiaba.

En definitiva, Caravaggio fue un genio incomprendido y perseguido, un artista que plasmó en sus lienzos la luz y la sombra de la condición humana, pero que también las vivió en su propia carne. Su obra fue admirada y copiada por muchos pintores posteriores, pero su reputación tardó siglos en ser reivindicada.

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